El término intolerancia a la lactosa o también intolerancia alimenticia, sugiere una incapacidad no inmunológica para metabolizar apropiadamente ciertos grupos de alimentos. Este padecimiento se define como la incapacidad de digerir cantidades significativas de lactosa (carbohidrato único encontrado en la leche),y que es debida a una insuficiencia de la lactasa, la cual es la enzima encargada de efectuar la degradación de la lactosa y se produce a nivel del intestino delgado.
Si bien esta condición no es determinante para provocar afecciones severas en la salud, sí es un problema que se presenta principalmente en los adultos, y repercute en la vida cotidiana de las personas que al consumir alimentos ricos en lactosa o sus derivados, desarrollan alteraciones relacionadas con síntomas de la indigestión que alteran su vida diaria.
La intolerancia a la lactosa se presenta por diversas causas: deficiencia congénita de lactasa y deficiencia de lactasa de aparición tardía, esta última se ve principalmente en aquellas poblaciones que por situación geográfica no bebieron leche como parte su alimentación. Estudios clínicos a nivel genético investigan las causas, con lo que en un futuro existirán líneas de tratamientomás específicas.
Secundariamente también puede existir deficiencia de lactasa debido a enfermedades y tratamientos farmacológicos, en episodios agudos de diarrea infecciosa por una atrofia temporal de las vellosidades del intestino delgado, lugar donde se produce dicha enzima; además en patologías como infecciones por rotavirus, por VIH, gastropatía diabética y quimioterapia.
Los síntomas más comunes de la intolerancia a la lactosa son: náusea, distensión abdominal, flatulencia, cólicos y/o diarreas. Estos ocurren de una a varias horas después de la ingestión de leche o productos lácteos.
Sin la lactasa, la lactosa contenida en la leche permanece sin ser metabolizada (desdoblada); en consecuencia no se absorbe, al no poder atravesar la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo, permaneciendo en el intestino. Posteriormente, las bacterias intestinales se adaptan a la relativa abundancia de lactosa y se habitúan para metabolizar la lactosa. Durante el transcurso se produce gas por el proceso de fermentación, el gas a su vez, es causa de la gama de síntomas gastrointestinales antes mencionados
Para contrarrestar esta sintomatología existen diversos caminos, todo depende de la causa de la intolerancia y del paciente. Lo más común es que se recomiende el consumo de alimentos deslactosados, alimentos hechos a base de la semilla de soya, una suplementación de lactasa en tabletas e incluso suspender el consumo de alimentos ricos en lactosa, como son la leche y sus derivados.
Las personas que tienen este padecimiento pueden sustituir la leche de vaca por bebidas de soya, que por su origen vegetal son libres de lactosa y colesterol, mismas que pueden ser consumidas a partir del primer año de vida y es una excelente opción para toda la familia.
La tendencia actual para disminuir la intolerancia a la lactosa recomienda el consumo de productos parcialmente digeridos como sonyogurt, queso y demás productos que contenganLactobacillusacidophilus, en algunos ya la etiqueta lo especifica.