La nariz es el lugar donde reside el sentido del olfato, está ubicada en el punto operacional, que es la cabeza, donde están presentes otros sentidos como la vista y el gusto.
Se conoce que estos tres están conectados y lo que le suceda a uno, afectará al otro, de ahí que radica la importancia del lavado nasal como técnica de prevención para la congestión.
Las veces en las que nos contagiamos de gripe o nos refriamos por cualquier motivo, las mucosas de la nariz, la boca y los oídos se ven obstruidas por la excesiva secreción de moco en el área, no permitiéndonos oler, respirar y degustar los alimentos de manera tradicional.
Las obstrucciones que se deriva del exceso de mucosidad al momento de estar congestionado, son causantes en la mayoría de los casos de otitis, lagrimeo excesivo y pérdida del gusto mientras no sea tratada. Sin embargo, a través de la técnica del lavado nasal puede ser de gran ayuda para cualquier tipo de persona y de cualquier edad. Brevemente te explicaremos en qué consiste y de qué manera puede ser aplicado.
Lavado nasal en niños, no bebés
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Es conveniente hacer este procedimiento una hora antes de las comidas y antes de dormir, ya que hará que perciba mucho mejor los alimentos y descanse sin interrupciones.
Al ser un niño que ya se puede colocar de pie y atender a las instrucciones, lo primero que deberás tener a la mano es una jeringa pequeña, solución fisiológica o agua salinizada, una toalla y manos limpias.
Haz que el niño incline la cabeza hacia adelante, frente al lavamanos o algún recipiente para contener el agua que salga.
Luego llena de líquido la jeringa deposita levemente, y pidiendo que aspire la solución, que posteriormente saldrá por su boca. Realiza este procedimiento por 5 veces más, hasta que logre adaptarse al lavado y este le permita respirar mejor.
En bebés
Con los mismos materiales, proceda a acostar al bebé en tus brazos o en la cama, como se te haga más cómodo, y deposita una gotitas de solución fisiológica en la nariz del niño. Este procedimiento no es doloroso, pero tiende a ser incómodo para él. Si se mueve mucho, tómale con ligera fuerza la cabeza y repite la operación tantas veces te sea posible (6-10 veces) hasta que notes la diferencia.
Uso de aspirador de mocos
Una vez observes que se ha descongestionado la nariz de tu hijo, utiliza el aspirador de mocos para liberarlo más rápidamente. Con la toalla y manos limpias procede a retirar el exceso que pueda estar expulsando.
No es recomendable que introduzcas completamente el aspirador en la nariz del niño, basta con colocarlo muy cerca del orificio y realizar el procedimiento.
Este método lo podres realizar días posteriores a la recuperación y ocasionalmente, para mantener libre de bacterias u otra suciedad que pueda estar presente en las fosas nasales, ya que en su mayoría, son absorbidos por la nariz y luego pasan a las vías respiratorias.