Desde menos estrés hasta un aumento de la autoestima, el ejercicio es tan bueno para el cerebro como para el cuerpo.
La mayoría de nosotros conocemos los numerosos beneficios físicos del ejercicio: control del peso, disminución de la tensión arterial, reducción del riesgo de diabetes y aumento de la energía, por nombrar solo algunos.
Razones por las que la actividad física puede ser buena para el bienestar psicológico
Contenidos
La actividad física te distrae de los pensamientos y emociones negativos. La actividad física puede apartar la mente de los problemas y redirigirla a la actividad que se está realizando o a un estado zen.
El ejercicio fomenta la confianza
El ejercicio puede ayudarte a perder peso, a tonificar tu cuerpo y a mantener un brillo saludable y una sonrisa. Puedes sentir un impulso sutil, pero significativo en su estado de ánimo a medida que tu ropa le resulte más favorecedora y proyecta un aura de mayor fortaleza.
El ejercicio puede ser una buena fuente de apoyo social
Los beneficios del apoyo social están bien documentados, y muchas actividades físicas también pueden ser actividades sociales. Así que, tanto si te apuntas a una clase de gimnasia como si juega al softball en una liga, hacer ejercicio con otras personas puede proporcionarte una doble dosis de alivio del estrés.
Una mejor salud física puede significar una mejor salud mental
Mientras que el estrés puede causar enfermedad, la enfermedad también puede causar estrés. Mejorar su salud general y su longevidad con el ejercicio puede ahorrarte mucho estrés a corto plazo (al reforzar su inmunidad frente a los resfriados, la gripe y otras enfermedades leves) y a largo plazo (al ayudarte a mantenerte sano durante más tiempo y disfrutar más de la vida gracias a ello).
El ejercicio disminuye el estrés
En pocas palabras, las personas que hacen más ejercicio pueden verse menos afectadas por el estrés al que se enfrentan. Así que, además de todos los demás beneficios, el ejercicio puede proporcionar cierta inmunidad contra el estrés futuro, así como una forma de hacer frente al estrés actual.
El ejercicio recupera, de la depresión
Tiene un valor incalculable. Nos hace sentir muy bien, sanos y activos. No te sientes tan cansado ni aletargado cuando haces ejercicio y te hace sentir feliz y contento contigo mismo.
Tener un estado de ánimo más alegre
La actividad física libera hormonas del bienestar que te hacen sentirte mejor contigo mismo y te dan más energía.
Tipos de ejercicio físico
Afortunadamente, hay muchos tipos de ejercicio que pueden mejorar la salud mental. Desde levantar pesas hasta correr, es importante encontrar ejercicios que te gusten.
Yoga
El yoga puede ser desde suave hasta exigente. La forma más común de yoga (hatha yoga) implica posturas físicas (conocidas como asanas), respiración controlada y periodos de meditación.
El yoga es un método de bajo riesgo para sanar el cuerpo y la mente. A menudo, los efectos positivos se pueden sentir después de una sola clase.
- Disminuir la excitación fisiológica, frecuencia cardíaca y presión arterial
- Mejorar la respiración
- Reducir la respuesta al estrés, depresión y la ansiedad
- Aumentar la energía y la sensación de bienestar
Tai Chi
El Tai Chi es un antiguo arte marcial chino que combina la meditación y la respiración rítmica en una lenta serie de elegantes movimientos y posturas corporales (también llamadas formas). Se ha demostrado que el Tai Chi:
- Reducir el estrés
- Reducir la tensión arterial
- Reducir la ansiedad
- Mejorar el estado de ánimo depresivo
- Aumentar la autoestima
Ejercicio aeróbico
Cada vez hay más pruebas de que el ejercicio aeróbico regular (como correr, montar en bicicleta o nadar) se asocia a una mejor salud psicológica.
Aunque los estudios se han centrado en la depresión, el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), también existen pruebas que sugieren un efecto positivo del ejercicio en la fobia social.
Se ha demostrado que tanto las sesiones únicas como los programas a largo plazo de ejercicio aeróbico proporcionan un beneficio positivo para la salud psicológica.
Aunque tan solo de cinco a diez minutos de ejercicio aeróbico pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad, los programas regulares, con una duración de 10 a 15 semanas, parecen mejorar el estado mental general.
Antes de empezar
Si acabas de empezar un programa de ejercicio, es importante que consultes a tu médico para determinar la mejor forma de ejercicio y el nivel de intensidad para su estado físico.
Tu historial médico, los medicamentos que toma y las enfermedades que le han diagnosticado pueden influir en tu capacidad para hacer ejercicio.
Si sospechas que padeces una enfermedad mental o estás siendo tratado por un profesional de la salud mental, pregunta cómo puedes incorporar la actividad física a tu tratamiento.
Cómo iniciar un plan de ejercicio físico
Una vez que hayas obtenido la aprobación y las recomendaciones de tu médico, querrás decidir qué programa de ejercicio es el adecuado para ti.
¿Quieres asistir a una clase? ¿Te resultaría útil contratar a un entrenador en el gimnasio? ¿Prefieres dar un paseo en tu tiempo libre mientras escuchas tu música favorita? La clave para seguir un programa es encontrar algo que te guste hacer.
Al empezar un nuevo plan de ejercicios, es posible que al principio te sientas muy motivado. Esta motivación para hacer ejercicio puede ser muy beneficiosa para ayudarte a empezar tu nuevo plan de ejercicios.
Algunos consejos para empezar y mantener tu plan de ejercicios
Ten cuidado de no forzarte al extremo al principio, ya que esto puede provocar lesiones físicas. Recuerda que el ejercicio puede ser divertido y ayudarte a mejorar tu estado de ánimo y tu ansiedad, pero no debe causarte problemas físicos.
Comprométete con tu plan de ejercicio
Todo el mundo está ocupado, desde los ejecutivos estresados hasta los agotados padres que se quedan en casa. Reservar tiempo para hacer ejercicio significa que tu salud y bienestar son una prioridad. Los síntomas pueden tardar en mejorar. Para obtener los mejores resultados, sé paciente y constante con tu programa de ejercicio.
Tu motivación puede cambiar en las diferentes etapas de tu plan de ejercicio
No es raro que tu entusiasmo inicial se desvanezca con el tiempo. Puede ser útil cambiar un poco la rutina o buscar nuevas opciones de ejercicio. Por ejemplo, si te aburres de la cinta de correr del gimnasio local, prueba a caminar por la zona o a unirte a un grupo de senderismo. Estas opciones alternativas también pueden tener la ventaja añadida de ayudarle a socializar mientras haces ejercicio.
Sigue experimentando
Experimenta con distintas estrategias hasta encontrar la que mejor te funcione. Si te cuesta hacer ejercicio a primera hora de la mañana, prueba a hacerlo por la tarde. O, si descubres que te da pavor ir al gimnasio, prueba a hacer ejercicio al aire libre.