El aceite de pescado es una de las grasas más importantes para el cuerpo. Contribuye a la reducción de sustancias con acción inflamatoria, ayuda en la prevención de enfermedades como el Alzheimer, ayuda en el tratamiento de problemas neuropsiquiátricos como el TDAH, reduce la agregación plaquetaria en la sangre, que puede causar trombosis y complicaciones circulatorias, sin contar, por supuesto, el bien que hace para la salud del corazón.
Y hablando de salud cardiovascular, un nuevo estudio reveló que los niveles elevados de plasma de los tipos de ácidos grasos encontrados en el aceite de pescado estaban asociados con un menor riesgo de recurrencia de insuficiencia cardíaca (HF) a largo plazo.
Los investigadores dieron seguimiento a los voluntarios durante 13 años y encontraron que mientras más altos eran los niveles plasmáticos de ácido eicosapentaenoico (EPA), un ácido graso poliinsaturado n-3 predominante (AGPI n-3, también llamado AGPI omega-3), menor era el riesgo de ambas formas de insuficiencia cardíaca.
Cómo conseguirlo
Usted se estará preguntando: «Está bien, doctor, ¿pero voy a ir a la pescadería o a una farmacia a buscar este poderoso aceite? El Dr. Aldo Maggioni, médico de la Heart Care Foundation de Florencia, Italia, abogó por la administración de suplementos en un editorial que acompaña al estudio.
Según él, «los altos niveles plasmáticos de ácidos grasos omega-3 sólo pueden obtenerse probablemente con el uso de preparados farmacológicos purificados.
Futuro
El siguiente paso ahora es diseñar ensayos clínicos aleatorios con un tamaño adecuado para probar altas dosis de ácidos grasos omega-3, además de los actuales tratamientos farmacológicos y no farmacológicos optimizados.
Maggioni escribió que el objetivo es determinar si la intervención tiene algún efecto sobre los resultados clínicos en pacientes con insuficiencia cardíaca establecida y la capacidad de prevenir la insuficiencia cardíaca en pacientes con enfermedad cardíaca estructural que no muestran signos o síntomas de IC.
Fuentes de omega 3
El pescado (arenque, salmón, atún, sardinas y lenguado son algunas de las alternativas) es rico en omega 3, pero si quieres equilibrar el menú aún más, apuesta por ello:
- Semillas oleaginosas: castañas, nueces, almendras, pistachos
- Aceites vegetales: aceite de oliva y aceite de canela, por ejemplo
- Semillas: linaza, chía, cáñamo, entre otras
- Mariscos: gambas y otros crustáceos
- Hojas de color verde oscuro: col, brócoli y espinacas son buenos ejemplos
- Legumbres: frijoles, soja, arvejas y garbanzos son otras opciones para las fuentes de omega-3.